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giovedì 21 febbraio 2008
Hans Beimler
Hans Beimler nasce in Germania nel 1895 ed è membro del Comitato Centrale del Partito Comunista Tedesco e deputato al Reichstag. Arrestato nel 1931, viene rinchiuso nel campo di concentramento di Dachau dopo essere stato condannato a morte. Il giorno prima della sua esecuzione, riesce a fuggire, strangolando una guardia delle SS ed indossandone la divisa. Passa in Francia e, allo scoppiare della guerra di Spagna, accorre in difesa dei lealisti fondando il 23 luglio del 1936 la colonna internazionale "Ernst Thalmann". Nel novembre del 1936 la "colonna Thalmann" viene incorporata nella XII Brigata Internazionale, insieme al "Battaglione Garibaldi", italiano, e al "Battaglione André Màrty", francese. Al comando del generale ungherese Luckàcs, la XII Brigata, è protagonista della difesa di Madrid, dove Beimler, commissario politico del "Battaglione Thalmann" muore, il primo dicembre del 1936, colpito da una pallottola franchista, secondo le fonti ufficiali. Tale versione dei fatti è smentita dalla compagna di Beimler, Antonia Stern, la quale sostiene che il responsabile della morte è un consigliere militare russo. Beimler aveva criticato il primo processo di Mosca e, per di più, era entrato in contatto con gli ex-dirigenti del KPD, Arkadji Maslow e Ruth Fischer, che animavano un gruppo di opposizione a Parigi. Sulla base di un rapporto del "Servizio Segreto Intelligente", un dipartimento speciale della polizia catalana che disponeva di informatori nelle fila comuniste, nel suo libro "Leòn Sedov, fils de Trotskji, victime de Staline", Pierre Bròue accredita la versione dell'assassinio.
A Hans Beimler, Defensor de Madrid
di Rafael Alberti
¡Frente rojo!, dijo el héroe.
Y cayó en tierra Hans Beimler.
Lo oyeron los españoles,
lo oyeron sus alemanes,
franceses e italianos,
lo oyó Madrid, lo oyó el aire,
lo oyó, temblando, la bala
nacida para matarle.
¡Frente Rojo!, y cayó en tierra
castellana, de leales,
quien vino desde muy lejos
a sembrar aquí su sangre.
¡Frente Rojo! Que lo escuche
la Alemania de las cárceles
y verdugos que levantan
las secas hachas que caen
sobre los cuellos que nunca
jamás quisieron doblarse.
¡Frente Rojo! Suene, silbe,
cruce como bala, estalle
por mar, por tierra, por cielo,
por astros, por todas partes,
vertiginoso, este grito
- ¡Frente Rojo! - hasta clavarse,
profundo, en los corazones
que lo quieran, que lo amen,
que lo griten - ¡Frente Rojo! -
como lo gritó Hans Beimler.
Madrid, que tiene memoria,
lo gritará hasta quedarse
las bocas de sus fusiles
secas de tanto gritarle.
¡Frente Rojo! Silba el tren,
campo de España adelante.
Se descubren las aldeas,
los pueblos y las ciudades.
Entre huertos y jardines,
banderas y naranjales,
Valencia saluda el cuerpo
–¡Frente Rojo!- de Hans Beimler.
Los mares de Cataluña,
sus viñas, sus olivares,
las ramblas de Barcelona
-¡Frente Rojo!- de Hans Beimler.
¡Paris, Paris! Tus obreros,
cantando, en hombros lo traen,
llevándolo hacia los barcos
que se llevan a Hans Beimler,
ya que su patria alemana
caminos no quiere darle.
¡Frente Rojo! Por Moscú,
por la plaza Roja, grandes
cortejos y multitudes
y cantos van a enterrarle.
¡Frente Rojo! Junto a Lenin,
allí, tranquilo, descanse.
RAFAEL ALBERTI
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